A mirarte mis ojos se acostumbraron,
Dolidos por tanto esfuerzo;
Brillante como el sol dorado.
Reluce todo tu cuerpo,
El mar anda acongojado,
Entre olas y mareas,
Es tu pelo mojado,
El que a mi me desespera.
Andarás sobre la arena,
Tus pies sobre las huellas,
La orillita fría pena,
Por no lamer tus suelas.
Para que salí a la playa,
Para verte allí tumbada,
Era feliz sin conocerte,
Ahora infeliz seré por siempre.
A mi alma encadenada,
No te asomes ni un momento,
Herida de muerte ostento,
Paseando por la playa.
Deja un comentario